Un puzzle

Quiero empezar esta vez con una secuencia de fotos. Algunas son más bonitas que otras, pero todas tienen su encanto.
Formación montañosa en un día soleado

Nubes que contrastan con un cielo azul de fondo

Bosque bajo la ladera de una montaña

Primer plano de unos árboles con unas montañas rocosas de fondo

Hilera de árboles


Erase una vez....

En esta ocasión voy a escribir algo diferente. Voy a escribir una historia. Por eso voy a empezar este post con ese comienzo tan típico.

Erase una vez, un joven inquieto, inconformista y acomodado, que decidió dejar las comodidades de su vida para intentar cambiar las cosas. Se embarcó en un proyecto personal en el que su principal objetivo eran las personas.
Poco a poco con el tiempo, una, dos, tres y hasta doce personas se fueron uniendo. Hora a hora, día a día y mes a mes trabajaban codo con codo. Empezaban el día repasando cómo había ido el día anterior y organizando el resto del día. Se reunían periódicamente para ver cómo de bien estaban haciendo las cosas y cómo podían mejorarlas más aún. No tenían otro fin que disfrutar de lo que estaban haciendo y hacerlo cada vez mejor, para que aquellos a quienes iba dirigido fuesen tan felices como ellos mismos.
Hablaban, discutían, reían, lloraban juntos. Entre ellos se fue estableciendo un fuerte vínculo. Cada día eran mejores, más fuertes, porque ya no se veían como individuos independientes, eran como una familia. Se aceptaban con virtudes, con sus defectos, sus manías.... iban creciendo juntos como personas. Las alegrías de los demás las sentían como propias y las penas eran capaces de sobrellevarlas mejor en compañía.
Como en todas las familias, hay miembros que se alejan y se pierde un poco el contacto. Hay otros con los que se sigue manteniendo el contacto. En este caso, pasó lo mismo. Algunas de las personas se fueron, otros se fueron pero siempre volvían por navidad....
Y llego un día en el que circunstancias externas hicieron que cada uno tomase caminos más o menos diferentes.
El joven protagonista de nuestra historia, pensó.... ¿habré fracasado? Nada más lejos de la realidad. Su proyecto había sido un completo éxito. Si bien el hogar no era el mismo, la familia que se había creado era lo suficientemente fuerte como para resistir esa separación, manteniéndose unida en la distancia y con una fuerza y voluntad por seguir trabajando día a día como hasta ese momento indescriptibles.

Y como todas las historias, cuando llegan a su fin, podría terminar con un colorín, colorado.... o con un fueron felices y comieron perdices. Pero, no voy a terminar así. Porque esta historia es como un puzzle que se deshace para algún día volver a ser construido. Así que la mejor forma de terminar es:

Continuará......